Gestión pública contra el mercantilismo

Candidato a la alcaldía

Bajo la premisa de hacer de Irun una ciudad amable para el peatón, el sr. Santano y el PSE-EE decidieron lanzarse a una carrera por eliminar aparcamiento en superficie y acometer innumerables peatonalizaciones de calles. A su vez, instauraron el Irun 30 y empezaron a teñir Irun de lineas azules – OTA –.

Para compensar la pérdida de aparcamiento en superficie, el sr. Santano y el PSE-EE desarrollaron inversiones de una cuantía estratosférica, construyendo parkings subterráneos en diferentes puntos de la ciudad. “Les quitamos aparcamiento en superficie y les ponemos la OTA, pero tendrán la posibilidad de aparcar bajo tierra”, sugería el gobierno municipal.

Por desgracia para todas y todos los irundarras, esta estrategia venia acompañada de privatizaciones y subcontrataciones: la OTA, la gestión de los parkings subterráneos o la grúa municipal. “El Ayuntamiento de Irun no puede asumir la gestión de todos estos servicios, y además, la iniciativa privada siempre lo hará igual de bien o mejor”, argumentación propia del sr. Santano y de la inercia general llevada a cabo las últimas décadas por parte de su partido a todos los niveles: desmantelamiento de lo público y precarización de las condiciones laborales.

Cuando alguien decide peatonalizar su ciudad para hacerla más amable y confortable para el ciudadano, no puede pretender equilibrar esa pérdida de aparcamiento en superficie con parkings subterráneos que no son accesibles para el común de la gente.

Si uno decide incrementar la rotación de la ciudad mediante el establecimiento de la OTA, no puede pretender entregar este servicio a una empresa privada que solo busca sacar rédito económico, y además, con un contrato para 20 años. La consecuencia es que la gente no irá a los parkings subterráneos por imposibilidad económica; y además, la empresa de la OTA no hará más que extender su área de ocupación-mercado a otros barrios al perder presencia en el centro.

 

NO A LA ESPECULACIÓN

“No existe más opción que la realizada por el Ayuntamiento de Irun en la gestión de las peatonalizaciones”.  ¡Falso! Si el sr. Santano no hubiese buscado acompañar las peatonalizaciones con el beneficio económico de las empresas privadas, su visión de ciudad amable lo sería plenamente.

Si hubiésemos gestionado directamente la OTA podríamos no cobrar por ocupar aparcamiento de rotación, y solo hacerlo en caso de superar el límite permitido.

Si gestionásemos todos los parkings subterráneos financiados con dinero público podríamos haber establecido la gratuidad en algunos casos, con precios de mantenimiento, etc.

En definitiva, si la especulación y el negocio con lo público no fuese lo primero en la agenda del sr. Santano, no estaríamos ante el caos actual.

Lo decimos claro y alto: el problema no es peatonalizar, el problema no es la OTA, el problema ni si quiera son las inversiones en la construcción de parkings subterráneos. El drama, y lo que realmente se debe extirpar en Irun, es que el gobierno municipal siempre anteponga en cada nuevo servicio, en cada nueva inversión, en cada oportunidad para la ciudad el interés privado, el beneficio empresarial, lo puramente mercantilista.

Peatonalizar para cuidar al peatón, evitar la privatización para proteger lo común.